El canciller venezolano, Yván Gil, denunció recientemente una «falsa narrativa» sobre un supuesto ataque perpetrado por bandas delictivas contra tropas guyanesas. En un comunicado oficial, Gil acusó al canciller de Guyana, Hugh Hilton Todd, de difundir una versión que calificó como «hostil y malintencionada».
Según el texto emitido por el ministro venezolano, el incidente es descrito como una «operación de falsa bandera» y una «noticia falsa», cuyo objetivo sería manipular la opinión pública y desviar la atención de presuntas violaciones al derecho internacional en la Guayana Esequiba, una región en disputa entre ambos países.
Gil explicó que los primeros elementos de investigación apuntan a que personas involucradas en actividades de minería ilegal, supuestamente bajo el amparo del Ejército y la policía de Guyana, fueron atacadas y resultaron heridas. El canciller venezolano acusó al gobierno guyanés de utilizar la desinformación y la propaganda belicista como justificación para una creciente militarización de la región, con el respaldo del Comando Sur de los Estados Unidos.
El funcionario exigió a su homólogo guyanés que detenga lo que calificó como «agresiones y mentiras», y recordó que, bajo el Acuerdo de Ginebra de 1966, la única vía para resolver la controversia territorial es la negociación directa entre las partes implicadas.
La administración de Nicolás Maduro ha reafirmado esta semana su postura, señalando que el Acuerdo de Ginebra es el único camino viable para la resolución del conflicto sobre el Esequibo, un territorio de aproximadamente 160.000 kilómetros cuadrados.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, también ha enfatizado que los derechos históricos de Venezuela y su titularidad sobre la Guayana Esequiba son «irrefutables e irrenunciables», reafirmando así la posición del gobierno en este asunto bilateral.
La situación en la Guayana Esequiba sigue siendo un punto de tensión entre Venezuela y Guyana. Las declaraciones del canciller Gil, respaldadas por altos funcionarios de la Administración de Nicolás Maduro, subrayan la complejidad del conflicto y la necesidad de un enfoque diplomático según lo estipulado en acuerdos internacionales previos. La comunidad internacional observa con interés los desarrollos futuros en esta disputa regional.
