La salida inminente de Chevron de Venezuela, ordenada por Estados Unidos, ha generado preocupaciones en diversos sectores económicos. Delcy Rodríguez, vicepresidenta y ministra de Petróleo del país sudamericano, ha manifestado su rechazo a esta decisión, señalando que podría provocar un alza en los precios del crudo a nivel mundial.
Rodríguez argumenta que la medida no solo afectará la economía venezolana, sino también a los consumidores estadounidenses. Esta acción forma parte de las sanciones impuestas por Washington desde 2019, y Chevron tiene hasta el 3 de abril para liquidar sus operaciones en Venezuela. Estas operaciones se sostenían gracias a licencias especiales otorgadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros.
La revocación de los permisos fue anunciada por el entonces presidente Donald Trump, quien citó como motivos principales el incumplimiento del gobierno de Nicolás Maduro en acuerdos migratorios y condiciones electorales para las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
Delcy Rodríguez ha calificado la medida como un intento de perjudicar a Venezuela, advirtiendo que también podría impactar en la seguridad energética y las inversiones estadounidenses a nivel internacional. La producción actual del país es de poco más de 1 millón de barriles diarios, de los cuales aproximadamente 200,000 eran gestionados por Chevron y destinados a Estados Unidos.
Frente a esta situación, Nicolás Maduro ha ordenado la implementación de un plan de «independencia productiva absoluta» para asegurar la estabilidad de la industria de hidrocarburos y la economía nacional. Sin embargo, no se han divulgado detalles específicos sobre las acciones concretas de este plan.
Mientras tanto, otras empresas como la española Repsol y la francesa Maurel & Prom continúan operando en Venezuela bajo licencias individuales. En el panorama internacional, el mercado petrolero ha mostrado una caída debido a las expectativas de un incremento en la producción por parte de la alianza OPEP+.
La comunidad internacional y los observadores del sector energético seguirán de cerca los desarrollos en Venezuela, ya que estas decisiones podrían tener repercusiones significativas en el flujo de petróleo y en el equilibrio del mercado global.