La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció recientemente que la industria petrolera del país sufrió tres ataques significativos la semana pasada, resultando en pérdidas millonarias. En declaraciones ante los medios, Rodríguez responsabilizó a la líder opositora María Corina Machado y al antiguo miembro de los Navy SEAL estadounidenses Erik Prince de estos presuntos ataques.
Dos de las agresiones mencionadas habrían ocurrido en instalaciones de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), una en el este y la otra en la principal refinería del país, situada en el oeste. Según Rodríguez, Prince habría hecho referencia a una explosión en un complejo de operaciones en Venezuela, citando una publicación que el contratista militar realizó en la red social X, donde mencionaba el incidente en el centro de operaciones Muscar en Monagas.
Rodríguez destacó: «El señor Prince sale diciendo que ha sido atacado el complejo, que explotó un gasoducto en el centro de operaciones Muscar en Monagas», mientras mostraba una imagen del mensaje y vinculaba también a Machado, a quien calificó como «terrorista». No se proporcionaron detalles adicionales sobre la conexión entre Prince y la dirigente opositora, quien actualmente se encuentra en la clandestinidad tras denunciar fraude en las elecciones presidenciales de julio. El presidente Nicolás Maduro ha afirmado que Machado dejó el país, lo cual ella niega.
Asimismo, Rodríguez afirmó que estos ataques agravaron la crisis eléctrica en Margarita, impactando también la industria petroquímica y las empresas siderúrgicas, lo que ha provocado cortes de electricidad prolongados en el estado Nueva Esparta, donde se ubica la turística isla de Margarita.
Las instalaciones petroleras y eléctricas en Venezuela suelen estar bajo fuerte custodia militar, y el gobierno frecuentemente atribuye estos ataques a la oposición. Según la vicepresidenta, la instalación más dañada fue el complejo Muscar, responsable del 80% de la distribución de gas del país. Allí, una explosión el pasado 11 de septiembre dejó cinco trabajadores heridos y resultó en el arresto de 11 personas.
Las pérdidas económicas se estiman en más de 240 millones de dólares, con el impacto financiero directo en Pdvsa calculado en 157,8 millones de dólares; la petroquímica, cerca de 56 millones de dólares; y en las empresas básicas, alrededor de 30 millones de dólares, según el balance proporcionado por el gobierno.
La situación actual y las acusaciones elevadas añaden una capa más de complejidad a un panorama ya tenso en el país, en el que la seguridad de sus infraestructuras críticas sigue siendo un tema de gran preocupación.