Un operativo conjunto liderado por autoridades colombianas ha logrado desmantelar una red de explotación sexual de menores que operaba entre Puerto Ayacucho y Puerto Carreño, tras catorce meses de minuciosa investigación. Este avance en la lucha contra la trata de personas fue posible gracias a la colaboración entre la Fiscalía, el CTI, la Policía Nacional, el ICBF, Migración Colombia y el Gaula Militar.
Las investigaciones revelaron que la organización captaba a sus víctimas, en su mayoría niñas indígenas, en Puerto Ayacucho, para luego trasladarlas a Puerto Carreño. Una vez allí, las menores eran obligadas a realizar actos sexuales en establecimientos controlados por los implicados. Entre las víctimas rescatadas se encontraba una menor con discapacidad cognitiva, lo cual resalta la crueldad de las actividades de esta red criminal.
Los detenidos, identificados como Ingrid Cristina Laguño Tovar, Anderson Mahecha García y Yordan Lugo Rodríguez, desempeñaban roles de administración y transporte dentro de la organización. A pesar de que no aceptaron los cargos imputados por concierto para delinquir, trata agravada, proxenetismo y uso de medios para ofrecer servicios sexuales con menores, han sido recluidos en centros penitenciarios mientras se lleva a cabo el proceso judicial.
Asimismo, una adolescente aprehendida fue judicializada y se ordenó su internamiento preventivo en un centro especializado. Las niñas rescatadas de la explotación quedaron bajo la protección del ICBF, que ha activado protocolos para el restablecimiento de sus derechos y la atención psicosocial necesaria.
Este caso pone de manifiesto la vulnerabilidad de las comunidades indígenas frente a redes de trata de personas que se aprovechan de la pobreza y el abandono institucional. Ante esta situación, organizaciones defensoras de derechos humanos han hecho un llamado urgente a reforzar la vigilancia en zonas fronterizas y a implementar políticas públicas que protejan a las niñas y adolescentes. El desmantelamiento de esta red representa un avance significativo, pero también subraya la necesidad de reforzar la prevención y el acompañamiento comunitario para combatir efectivamente este flagelo.
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