La detención del alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, ha causado una gran conmoción en la localidad y ha sido objeto de fervientes declaraciones por parte de su esposa, quien considera que esta acción no contribuye a solventar la crisis política del país. La primera dama de Maracaibo, con firmeza, destacó que los ciudadanos decentes conocen la gestión transparente que ha llevado a cabo su esposo desde el año 2021.
En declaraciones recientes, subrayó: “¿Van a señalar de corrupción a mi esposo? Cuando Rafael, desde el primer día de su gestión, se puso las botas para limpiar la ciudad y liberar las calles de miles y miles de toneladas de basura que enfermaban a la gente. ¿Van a acusar de corrupción a mi esposo cuando llegó en 2021 a trabajar con un presupuesto absurdo heredado de la gestión anterior? El primer año transformó el rostro de la ciudad y les devolvió la esperanza a miles de familias en nuestra ciudad”.
La primera dama calificó de infames las acusaciones en contra de la autoridad municipal, sugiriendo que estas solo buscan un objetivo: quedarse con la alcaldía de Maracaibo. En sus palabras, la llegada de Ramírez a la municipalidad ha sido un verdadero faro de luz en el camino.
En un ferviente llamado, exigió la liberación inmediata de su esposo, apelando a los principios constitucionales del país. Señaló la importancia de este petitorio con las más justas palabras de preocupación por cada uno de los servidores públicos de la alcaldía de Maracaibo y los ciudadanos de bien.
Actualmente, la sede de la alcaldía de Maracaibo permanece abierta al público. Sin embargo, el piso cinco, donde se encuentra el despacho del alcalde y otras oficinas administrativas, está cerrado y bajo resguardo de efectivos de la Policía Nacional Bolivariana. Junto al alcalde Rafael Ramírez, también fueron detenidos David Barroso, jefe de Seguridad Ciudadana; Margarita Assenza, secretaria de Despacho; y Pedro Guanipa, jefe de Despacho capturado previamente el 26 de septiembre.
La situación en Maracaibo sigue siendo observada de cerca por la comunidad, mientras que los ciudadanos siguen la evolución de los eventos con preocupación y esperanza de un desenlace justo.