Portuguesa.- «El Sistema Penitenciario se suma a la macabra lista de verdugos de los Derechos Humanos en el país, al negarle las visitas a los presos políticos».
Tal criterio pertenece al doctor Rafael Narváez, exparlamentario y abogado defensor en materia de Derechos Humanos y Civiles, quien continuó diciendo que las visitas de los familiares a los detenidos es algo totalmente sagrado que está prohibido negarlo.
Narváez condenó la suspensión de las visitas por parte del Sistema Penitenciario, organismo que tiene la responsabilidad de la custodia de todos los presos políticos.
- Esta decisión está completamente al margen de la ley y es violadora del código penitenciario y de los derechos humanos. Algunos presos políticos tienen varios meses que no les permiten recibir visitas de sus familiares. Esto es sumamente inhumano – dijo.
Acota que esa conducta inhumana vulnera el artículo 43 de la Constitución, ya que allí se establece la responsabilidad que tiene el Estado en preservar la vida de los privados de libertad.
- Lamentablemente este derecho constitucional es ignorado por el sistema de justicia que, además, también aniquiló el artículo 49 de la Carta Magna que contempla la obligatoriedad de respetar y garantizar el debido proceso – destacó.
Opina que el Sistema de Justicia cuenta ahora con otro verdugo de aliado como el Sistema Penitenciario para continuar pisoteando las garantías procesales, constitucionales y demás derechos humanos, tanto de los familiares como los detenidos presos políticos.
Refirió que la suspensión del régimen de visitas y además tampoco permitir la visita de los médicos para observar el estado de salud de muchos presos políticos, incluyendo a 11 periodistas, es un acto criminal que sólo ocurre en un país donde el Estado desprecia la vida y permite actuaciones de un sistema de justicia inhumano impregnado de disciplina partidista, lo que lo aleja de toda imparcialidad.
El defensor de los derechos humanos responsabilizó al sistema penitenciario de la salud y la vida de todos los presos políticos, ya que negarle las visitas es una acción reprochable contra la humanidad.
Miguel Enrique Villavicencio
