La producción petrolera de Venezuela, que experimentó un crecimiento del 17,6 % el año pasado, enfrenta un potencial retroceso significativo. Luis Oliveros, experto en economía, advierte que el endurecimiento del esquema de sanciones por parte del nuevo Gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, podría desencadenar una suspensión de licencias a empresas extranjeras, lo cual constituye una amenaza inminente para el país sudamericano.
Según declaraciones del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, se está considerando una revisión de las licencias que permiten a compañías como Chevron inyectar miles de millones de dólares al régimen de Nicolás Maduro, quien juró un nuevo mandato cuestionado por la comunidad internacional. Estados Unidos, en cambio, reconoce a Edmundo González Urrutia como vencedor legítimo de las elecciones.
Trump, pieza clave en la implementación de sanciones económicas, ha manifestado que Estados Unidos no necesita el petróleo venezolano y ha sugerido que podrían cesar las compras del mismo. De concretarse la suspensión de licencias otorgadas anteriormente a empresas como Chevron y la española Repsol, la producción petrolera venezolana podría caer entre un 25 % y un 30 %, reduciéndose a aproximadamente 644.700 barriles por día (bpd), según explicó Oliveros a la agencia EFE.
Este descenso situaría la producción de petróleo en su nivel más bajo en 29 meses, desde agosto de 2022, cuando persistían sanciones estrictas. El alivio temporal llegó cuando la administración de Joe Biden autorizó a Chevron a reanudar operaciones limitadas en Venezuela, suavizando las medidas contra Maduro que buscaban un cambio de régimen.
Con la reanudación de operaciones de Chevron, la producción de crudo venezolano aumentó de 693.000 bpd a 801.000 bpd, marcando un ascenso del 15,5 %. El levantamiento de sanciones durante seis meses en octubre de 2023 permitió a Venezuela ampliar su cooperación internacional, firmando acuerdos estratégicos con Repsol y la francesa Maurel & Prom.
El pasado diciembre, el país casi alcanzó el millón de barriles diarios, alcanzando 998.000 bpd. Aunque esta cifra está lejos de los 2,89 millones de bpd de principios de siglo, representa una recuperación significativa desde el mínimo de 392.000 bpd en julio de 2020.
No obstante, un cese de operaciones extranjeras podría reducir aún más los ingresos en divisas para Venezuela, aumentando la volatilidad cambiaria y acelerando la inflación. Oliveros subraya también el impacto potencial en el empleo, dado que estas compañías generan numerosos puestos de trabajo.
Analistas señalan que gran parte de las divisas del petróleo se inyectan en el mercado nacional, lo que ayuda a controlar el precio del dólar, una moneda utilizada ampliamente en el país para valorizar bienes y servicios.
Trump no descarta la aplicación de un nuevo embargo, argumentando que Estados Unidos ya cuenta con suficiente petróleo. Fuentes del Gobierno estadounidense han indicado que se está desarrollando un plan para poner fin a más de dos décadas de chavismo, comenzando con la posible terminación de la licencia a Chevron.
Sin embargo, Nicolás Maduro ha restado importancia a estas amenazas, afirmando que Venezuela se encuentra en mejores condiciones para enfrentar «sanciones y agresiones». Además, estima que el país podría alcanzar una producción de 1.500.000 barriles de petróleo diarios a través de esfuerzos propios.
EFE