El Papa Francisco ha firmado la canonización del beato José Gregorio Hernández, conocido popularmente como el médico de los pobres, según informó este martes el arzobispo de Caracas, monseñor Raúl Biord Castillo. Esta decisión marca un hito significativo en la historia de la Iglesia Católica y en la devoción de Venezuela.
La Arquidiócesis de Caracas comunicó que la aprobación papal de los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos del Dicasterio para las Causas de los Santos fue confirmada en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Se aguarda ahora que en los próximos meses el pontífice convoque un consistorio de cardenales, donde se abordará, entre otros temas, la canonización de otros beatos y se establecerán las fechas para estas ceremonias.
En un comunicado, la Arquidiócesis expresó: «Este histórico acontecimiento, largamente esperado por el pueblo venezolano, es un reconocimiento a la vida ejemplar y a las virtudes heroicas de un hombre que dedicó su existencia a aliviar el sufrimiento humano y a transmitir un mensaje de amor y esperanza. La Iglesia Católica reconoce su vida de santidad, acompañada de una devoción universal, que hoy le permite ser elevado al altar. La canonización de José Gregorio Hernández es un hito para Venezuela y para la Iglesia Católica».
La canonización de José Gregorio Hernández lo convierte en el primer santo venezolano proclamado por la Iglesia Católica Universal. La Causa de Santidad de Hernández comenzó poco después de su fallecimiento en 1919, cuando monseñor Lucas Guillermo Castillo era arzobispo de Caracas, y ha atravesado diversas etapas a lo largo de los años.
¿Quién era José Gregorio Hernández?
José Gregorio Hernández nació en Isnotú, estado Trujillo, el 26 de octubre de 1864. Desde su juventud, mostró una gran inteligencia y una profunda vocación de servicio. Se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela y realizó una especialización en París, destacándose por su excelencia académica y compromiso social.
A su regreso a Venezuela, ejerció la medicina con pasión, especialmente entre los más pobres y desfavorecidos. Su consultorio se convirtió en un refugio para aquellos sin recursos. José Gregorio no solo curaba enfermedades, también ofrecía consuelo espiritual y apoyo emocional.
Hombre de profunda fe católica, su religiosidad impregnó toda su vida y trabajo, reflejándose en su amor al prójimo y su dedicación a los más necesitados.
Desde su muerte en 1919, Hernández se ha convertido en un icono para Venezuela y el mundo. Sus fieles le rezan en busca de sanación, y su legado perdura en quienes lo veneran y en aquellos que han recibido milagros bajo su intercesión. «José Gregorio Hernández es un santo para nuestro tiempo, un modelo de laico cristiano que nos invita a vivir la fe con alegría y compromiso», concluyó la Arquidiócesis de Caracas, destacando que su canonización es motivo de celebración para todos los venezolanos.