La residencia de la Embajada de Argentina en Caracas, que se encuentra bajo la custodia de Brasil desde agosto de 2024, ha cumplido 80 días sin suministro eléctrico, una situación que uno de los asilados ha calificado como un «atropello criminal». Esta acusación fue realizada por los asilados que permanecen en su interior a través de redes sociales y otras plataformas.
Magalli Meda, a través de su cuenta en la red social X, afirmó que la empresa estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) retiró los fusibles de la residencia y no ha restituido el servicio desde hace casi tres meses. «80 días viviendo bajo el atropello criminal. Los canales diplomáticos son mecanismos para crear límites a toda violación de los convenios internacionales», expresó Meda, destacando la seriedad de la situación.
Desde noviembre de 2024, los asilados han denunciado un asedio constante en las afueras de la residencia, donde cuerpos de seguridad han establecido alcabalas para revisar los vehículos que se aproximan a la sede diplomática. Entre los asilados se encuentran, además de Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos. Todos ellos son colaboradores de la líder opositora María Corina Machado y han sido acusados por la Fiscalía venezolana de supuestos delitos de conspiración y traición a la patria.
González, otro de los asilados, declaró que «hay un número no determinado de alcabalas donde son revisados todos los vehículos que se acercan a la Embajada». Asimismo, denunció la presencia de efectivos militares en las viviendas aledañas, algunos de ellos portando armas de asalto con miras telescópicas, lo que incrementa la sensación de vigilancia y hostigamiento.
Además del corte eléctrico, los asilados aseguran enfrentar restricciones en el acceso al agua potable. Han reportado que las autoridades han impedido el ingreso de camiones cisternas para abastecer el tanque de la residencia, agravando así sus condiciones de vida dentro de la embajada.
El caso de la residencia argentina en Caracas ha suscitado preocupación en la comunidad internacional. Observadores y organizaciones siguen de cerca el desarrollo de los acontecimientos y las posibles violaciones a los tratados y convenciones que protegen la integridad de las misiones diplomáticas y sus ocupantes. La situación pone de relieve la complejidad de las relaciones diplomáticas y la necesidad de respetar los acuerdos internacionales.