Yorman David León, un joven de 28 años, falleció tras ser excarcelado de la cárcel de Tocorón debido a complicaciones de salud derivadas de meses de encarcelamiento en condiciones extremas. León había sido detenido por el régimen de Nicolás Maduro bajo acusaciones de terrorismo y traición a la patria, cargos que su familia y defensores consideran infundados.
El caso de Yorman ha sido reportado por el diario venezolano Tal Cual, que recogió el testimonio de su padre, Rafael León. Este último expresó su temor a posibles represalias por hablar públicamente sobre el sufrimiento de su hijo. «Es injusto que mi muchacho haya sido detenido sin pruebas», declaró entre lágrimas.
Historia de una detención injusta
La pesadilla de Yorman comenzó el 29 de julio del año pasado en Naguanagua, estado Carabobo, cuando fue detenido junto a su primo mientras se dirigían a una estación de servicio. Sin pruebas en su contra, fue trasladado entre varios centros de detención, enfrentando condiciones de incomunicación y falta de visitas.
Inicialmente retenido en el Fuerte Paramacay, luego fue llevado al centro de detención preventiva de la Policía Nacional Bolivariana en Los Guayos. Las esperanzas de su familia se desvanecieron rápidamente cuando fue trasladado a Tocorón, donde sufrió hacinamiento, falta de agua potable y alimentos en mal estado.
Desenlace trágico
El 4 de enero de 2025, Yorman fue excarcelado junto a otros 94 presos políticos debido a su deteriorado estado de salud. Al llegar a casa, presentaba fiebre y hematomas, y fue diagnosticado con dengue y obstrucción estomacal, posiblemente consecuencia de las torturas sufridas en prisión. Su salud se deterioró rápidamente, llevándolo a su fallecimiento el 4 de febrero.
Las secuelas de la represión
A pesar de la excarcelación de varios presos políticos, las secuelas de la detención persisten. Muchos ex detenidos enfrentan consecuencias físicas y psicológicas, desarrollando infecciones, perdiendo peso y sufriendo de insomnio y ataques de ansiedad. El miedo constante a represalias se ha convertido en una nueva forma de tortura psicológica.
La situación se enmarca en un contexto de protestas tras las elecciones del 28 de julio, en las que las autoridades del régimen declararon una victoria sin demostrarla. Más de 2.200 personas fueron detenidas en la represión que siguió, muchas de ellas sin haber participado en actos de violencia. Testimonios recogidos por The Associated Press denuncian golpizas, falta de alimentos y hacinamiento en los centros de reclusión.
Un llamado a la justicia
Rafael León, junto con otras familias afectadas, sigue clamando por justicia y un cese a la represión que viven quienes disienten del régimen. La comunidad internacional observa con preocupación las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, mientras los afectados buscan reconstruir sus vidas tras la tragedia.