El gobierno liderado por Nicolás Maduro ha atribuido a la oposición venezolana la responsabilidad del término de la licencia concedida a la petrolera estadounidense Chevron, que le permitía exportar crudo desde Venezuela. La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, señaló este martes al «lobby del extremismo venezolano» como el principal responsable de esta decisión.
Rodríguez afirmó que «el nuevo gobierno de Estados Unidos ha sucumbido a la presión de sectores opositores fracasados y derrotados de Venezuela, al sancionar definitivamente a Chevron». Destacó que Chevron «tiene más de cien años operando campos petroleros en Venezuela», pero, según sus declaraciones, «hoy gracias al lobby del extremismo venezolano ha sido apartada de sus operaciones en el país».
La funcionaria subrayó que «ni en el pasado ni ahora los mismos opositores fracasados y derrotados podrán hacerle daño a nuestro país». Aseguró que «una gran conciencia y unión nacional seguirá marcando el camino de la recuperación económica con justicia social».
En respuesta a estos acontecimientos, Rodríguez mencionó que Nicolás Maduro ha dispuesto la activación del Plan Independencia Productiva Absoluta. Este plan tiene como objetivo que la industria de hidrocarburos y la economía nacional continúen una «recuperación estable y diversificada».
Asimismo, Rodríguez criticó la decisión de la Administración de Trump, señalando que Estados Unidos «está autoinfligiendo un perjuicio, al causar incremento en el precio de los combustibles y afectando la seguridad jurídica de las inversiones de sus empresas en el extranjero», lo cual, en su opinión, cuestiona «la supuesta y engañosa libertad económica».
La licencia de Chevron, que ha sido actualizada por el Departamento del Tesoro estadounidense, limita a la compañía a un periodo de solo un mes para cesar sus operaciones en Venezuela, en lugar del habitual periodo de seis meses. A finales de febrero, el entonces presidente Trump ya había anunciado el fin de las licencias para la exportación de petróleo de Venezuela, criticando al gobierno usurpador de Maduro por no acelerar las deportaciones de migrantes indocumentados en Estados Unidos a un ritmo esperado por Washington.
Chevron estaba operando en Venezuela bajo una licencia otorgada por el gobierno de Joe Biden en noviembre de 2022, permitiéndole aumentar la producción en el país caribeño. Esta autorización se concedió con la esperanza de obtener garantías para las elecciones celebradas en julio del año pasado, en las cuales Maduro se proclamó ganador, aunque muchos países, incluido Estados Unidos, reconocen al opositor Edmundo González Urrutia como el verdadero vencedor.
La retirada de Chevron representa un desafío económico significativo para Venezuela, dado que la petrolera había contribuido a la reactivación de la producción petrolera, superando el millón de barriles por día (bpd) en enero de este año, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Chevron, en colaboración con Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), había logrado una producción de más de 200.000 barriles diarios en 2024, de acuerdo con el Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. (CRS), un organismo de análisis independiente.