Un 86% de los venezolanos está expuesto a fuentes de agua no aptas para consumo humano, según el Informe de Seguimiento de la Crisis Humanitaria en Venezuela de HumVenezuela de 2023. Esta preocupante estadística resalta los desafíos y riesgos que enfrenta la población para acceder a un recurso vital, el cual fue reconocido como un derecho humano por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010.
El derecho a la alimentación está estrechamente vinculado al acceso seguro a agua de calidad, vital para lograr una verdadera seguridad alimentaria. Así lo señala el informe «Situación de los Derechos Humanos en Venezuela 2024» del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea). La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 304 que es responsabilidad del Estado garantizar la calidad del agua, declarando que las aguas son bienes de dominio público insustituibles para la vida y el desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud destaca la indisoluble relación entre la inocuidad de los alimentos, la nutrición y la seguridad alimentaria. Alimentos insalubres pueden causar más de 200 problemas de salud, generando un «círculo vicioso de enfermedad y malnutrición» que afecta especialmente a los más vulnerables: lactantes, niños pequeños, ancianos y enfermos.
Un estudio realizado por el Departamento de Enfermedades Infecciosas y Tropicales de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia en 2022 encontró que el 84,7% de los niños evaluados presentaban parásitos intestinales, siendo el Blastocystis spp el más común con un 67,8%. Además, el informe de Provea señala que el 10,5% de los niños venezolanos presentan talla baja para su edad y el 9,3% nacen con bajo peso. La situación de las mujeres embarazadas es igualmente preocupante, con un 24,2% de anemia, superando en siete puntos porcentuales el promedio de América del Sur.
La nutricionista Ariana Araujo, egresada de la Universidad Central de Venezuela, subraya que el consumo de agua de mala calidad contribuye a la presencia de parásitos, afectando la absorción de nutrientes esenciales. Recomienda métodos como hervir o filtrar el agua para eliminar sedimentos y patógenos, así como una adecuada higiene de frutas y vegetales antes de su consumo.
El informe también destaca la persistente inseguridad alimentaria en el país. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de 2025, realizada por la Universidad Católica Andrés Bello, revela que 7 de cada 10 hogares enfrentan inseguridad alimentaria moderada y severa. Además, 56,3% de los hogares admiten haber dejado de mantener una dieta saludable, y en el 17,2% un adulto ha comido solo una vez al día o no ha comido en absoluto.
En conclusión, el acceso limitado a agua potable y la creciente inflación en precios de alimentos, que según el Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad alcanzó un aumento de 247,03% en bolívares y 30,21% en dólares en un año, plantean significativos desafíos para la salud y bienestar de la población venezolana. La implementación de políticas efectivas es crucial para mitigar esta crisis y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
El Impulso