La reciente culminación de la cosecha de maíz en Venezuela, especialmente en los estados agrícolas de Portuguesa y Barinas, ha dejado un saldo negativo en términos de costos de producción y rentabilidad para los agricultores. El diferencial cambiario y el precio del cereal, que la agroindustria sigue ofreciendo a un promedio de 0,31 dólares por kilo, han generado una pérdida significativa del 20% del capital invertido por los productores.
Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), ha expresado su preocupación respecto a los precios bajos. Según Fantinel, esta situación dificulta a muchos productores el acceso a tecnología, maquinaria, financiamiento y créditos, impidiéndoles obtener ganancias suficientes para asegurar futuras siembras en el próximo ciclo norte-verano.
La problemática no solo afecta la continuidad de las siembras, sino que también repercute en el flujo de caja necesario para la reposición de actividades agrícolas. Fantinel destacó que existen asociaciones de productores que aún no han podido vender su maíz, el cual permanece almacenado en silos. Se prevé que este maíz podría comenzar a comercializarse a partir de enero, lo que significaría que algunos productores recibirían el pago por su cosecha después de 15 meses adicionales.
A pesar de las adversidades, el líder de Fedeagro manifestó que la producción ha experimentado un leve repunte y se estima que en 2024 se alcanzarán cifras superiores a las 800 mil toneladas de maíz blanco y la mitad para el maíz amarillo. Sin embargo, la soberanía interna, que debería situarse entre un 57 y un 59%, sigue estando lejos del 77% logrado en 2009.
El ciclo norte-verano también enfrenta desafíos adicionales, como la escasez de diésel, que está afectando la recolección de maíz en otros estados como Guárico, Monagas, Anzoátegui y Bolívar.
Con el panorama actual, los productores agrícolas venezolanos se enfrentan a un entorno complejo y desafiante, en el que la rentabilidad y la sostenibilidad de sus actividades dependen en gran medida de la estabilidad económica y el acceso a recursos críticos. La recuperación de la producción y la mejora de la soberanía alimentaria continúan siendo objetivos prioritarios para el sector agrícola del país.
Fuente Minuta Agropecuaria