La historia política de Venezuela dio un giro decisivo el 23 de enero de 1958 con el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, una figura central de la política venezolana del siglo XX. Este evento marcó el fin de una dictadura que había comenzado en 1952 a través de un proceso electoral ampliamente denunciado como fraudulento.
Marcos Evangelista Pérez Jiménez inició su carrera militar en 1931, destacándose por sus altas calificaciones en la Escuela Militar de Venezuela. Su ascenso en la política venezolana estuvo caracterizado por su participación en la Unión Militar Patriótica y su involucramiento en el golpe de Estado de 1948, que derrocó al presidente Rómulo Gallegos. Este movimiento le permitió integrar la Junta Militar que gobernó el país hasta que fue proclamado presidente provisional tras el fraude electoral de 1952.
Durante su mandato, Marcos Pérez Jiménez ejerció un control autoritario sobre Venezuela, disolviendo partidos políticos y reprimiendo a la oposición. Bajo su gobierno, se implementó la Doctrina del Bien Nacional, que se caracterizaba por un fuerte nacionalismo y pragmatismo ideológico. Su administración es recordada por obras de infraestructura significativas, como la autopista Caracas-La Guaira y el Teleférico de Caracas, pero también por la represión y el encarcelamiento de opositores políticos.
El descontento social y militar contra su régimen se intensificó a principios de 1958. El 1 de enero de ese año, un intento de rebelión militar puso en evidencia la creciente crisis interna. El 21 de enero se convocó una huelga general que paralizó el país, seguido de pronunciamientos de altos jefes militares que culminaron en la renuncia de Pérez Jiménez. En la madrugada del 23 de enero, tras perder el apoyo militar, huyó de Venezuela a bordo del avión conocido como “La Vaca Sagrada”, acompañado por su familia y algunos colaboradores cercanos.
Pérez Jiménez se exilió en la República Dominicana y posteriormente en los Estados Unidos y España, donde vivió hasta su fallecimiento en 2001. Durante su exilio, enfrentó un proceso de extradición y fue juzgado por peculado y malversación de fondos. A pesar de estos cargos, su gobierno sigue siendo objeto de debate en Venezuela, con partidarios que recuerdan sus obras de infraestructura y críticos que condenan las violaciones a los derechos humanos bajo su régimen.
El derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez abrió camino para el establecimiento de un sistema democrático en Venezuela, marcado por el Pacto de Puntofijo en 1958, que estableció las bases para la estabilidad política y el desarrollo democrático en el país durante las siguientes décadas.