En un acto que ha sacudido a la comunidad política y a la sociedad venezolana, Edwin Santos, conocido líder político opositor y cofundador del partido Voluntad Popular (VP) en el estado Apure, ha sido asesinado en circunstancias que han levantado serias preocupaciones sobre la seguridad y los derechos humanos en el país. Según denuncias emitidas por VP, el joven dirigente habría sido secuestrado y asesinado por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), quienes lo habrían detenido el pasado miércoles.
María Corina Machado, destacada figura de la oposición venezolana, expresó su repudio a este acto calificado por ella como desgarrador. En un comunicado público, Machado describió a Santos como un «joven líder político y voluntario católico», rescatando su personalidad «buena y alegre» y su amor por la democracia. «Esto ha escalado a otro nivel de violencia y maldad», afirmó la líder opositora, señalando que el asesinato representa un atentado directo contra las voces disidentes del régimen.
VP, en su declaración oficial, acusó directamente a los organismos de seguridad del Estado de llevar a cabo lo que llaman un secuestro y asesinato premeditado, apoyados por “testigos de la zona”. Hasta el jueves por la tarde, Santos se habría encontrado en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Guasdualito, una localidad estratégica cerca de la frontera con Colombia, según informó VP.
Santos, a sus 36 años, había jugado un papel crucial como actor fundamental en la victoria de las elecciones presidenciales en Apure, en lo que el Plataforma Unitaria Democrática (PUD) consideró un triunfo de su candidato Edmundo González Urrutia, pese al reconocimiento oficial de la victoria de Nicolás Maduro. La muerte de Santos, sostienen desde VP, es vista como una señal clara de retaliación política.
En respuesta a este trágico suceso, el Comité de Derechos Humanos del partido Vente Venezuela (VV) ha solicitado una investigación «transparente e independiente», en aras de esclarecer los hechos y exigir justicia para el dirigente asesinado.
María Corina Machado subrayó la urgencia de cumplir con la Constitución venezolana, llamar al respeto de los derechos humanos y restaurar la soberanía nacional. «Esto tiene que acabar, ni un muerto ni un preso más», concluyó. El brutal asesinato de Edwin Santos pone de relieve, una vez más, la situación crítica de los derechos humanos en Venezuela y la represión a la que se enfrenta el movimiento opositor en su búsqueda de un cambio democrático.