El gobierno de Nicolás Maduro acusó este sábado al alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, de apoyar un “golpe de Estado fascista”. Esta acusación surge tras un comunicado de Borrell en el que afirma que no se ha presentado la “evidencia pública necesaria” para declarar a Nicolás Maduro como presidente reelecto.
En respuesta, el gobierno venezolano calificó las declaraciones de Borrell como un intento intervencionista y neocolonial, advirtiendo que este irrespeto a la soberanía de Venezuela podría afectar considerablemente las relaciones diplomáticas, políticas y económicas entre Venezuela y la UE.
El gobierno de Maduro exigió respeto a su integridad y pidió a la UE que se abstuviera de emitir opiniones sobre asuntos internos de Venezuela. Por su parte, Borrell reiteró que solo se aceptarán resultados electorales completos y verificables para garantizar la voluntad del pueblo venezolano.