La reciente incautación de un avión venezolano en República Dominicana ha generado una fuerte reacción por parte de Nicolás Maduro, quien calificó el acto como un «robo descarado». La aeronave, un Dassault Falcon 2000EX vinculado a la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), fue confiscada a instancias de Estados Unidos bajo la dirección del secretario de Estado, Marco Rubio.
Según la agencia de noticias EFE, la incautación se basó en la presunta violación de las leyes estadounidenses de control de exportaciones y sanciones. La Cancillería venezolana emitió un comunicado denunciando el hecho y acusando a Rubio de ser un «delincuente disfrazado de político», utilizando su cargo para «saquear y despojar» a Venezuela de sus bienes.
Contexto y Argumentos de EE.UU.
El avión, que estaba retenido en un hangar del aeropuerto La Isabela, en Santo Domingo, fue entregado a las autoridades estadounidenses durante una visita de Rubio a República Dominicana. El funcionario expresó que la aeronave era utilizada por el chavismo para «evadir las sanciones estadounidenses y el lavado de dinero».
El Departamento de Justicia de Estados Unidos detalló que el Dassault Falcon 2000EX fue adquirido por Pdvsa en 2017 y mantenido con piezas de origen estadounidense, lo que constituye una infracción según las leyes de control de exportaciones.
El fiscal federal Hayden O’Byrne, del Distrito Sur de Florida, afirmó que la confiscación de activos es una herramienta poderosa que continuará siendo utilizada para disuadir y combatir actividades delictivas.
Precedentes y Reacciones
Esta incautación es la segunda en cinco meses. En septiembre de 2023, Estados Unidos confiscó otro avión vinculado al régimen chavista en territorio dominicano, trasladándolo a Florida bajo el argumento de adquisiciones ilegales a través de empresas fantasmas.
El régimen de Maduro ha anunciado su intención de tomar medidas para denunciar lo que considera un robo y exigir la devolución del avión confiscado. Además, han afirmado que Marco Rubio será recordado como un «ladrón y enemigo declarado» de Venezuela.
La situación refleja una escalada en las tensiones entre Estados Unidos y el régimen de Maduro, con eventos que continúan siendo monitoreados por la comunidad internacional.