Nicolás Maduro estaría dispuesto a utilizar cargamentos de petróleo como moneda de cambio en eventuales negociaciones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un contexto de aumento de la presión militar en el Caribe, según información de Reuters basada en análisis de expertos y documentos internos del sector energético venezolano. El gobierno estadounidense se ha mostrado abierto a dialogar con Maduro y, en ese escenario, los cargamentos de crudo que actualmente se destinan principalmente a China se perfilan como un recurso estratégico para el chavismo.
De acuerdo con datos revisados por Reuters, la producción petrolera de Venezuela se estabilizó este año en torno a 1,1 millones de barriles diarios, un volumen muy inferior al pico alcanzado en la década de 1990. Más de 80% de las exportaciones de petróleo del país se enviaron a China entre junio y octubre, lo que abre la posibilidad de redirigir parte de esos volúmenes hacia Estados Unidos o Europa si un eventual acuerdo político lo permitiera.
La agencia señala que, desde la imposición de sanciones en 2019, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se ha visto obligada a vender la mayor parte de su crudo en el mercado spot, con fuertes descuentos, tras la suspensión de contratos de suministro a largo plazo. Esta modalidad le otorga ahora cierta flexibilidad para desviar cargamentos originalmente destinados a refinerías independientes chinas hacia potenciales clientes en Estados Unidos o Europa.
Además, aunque Washington mantiene bloqueados los pagos en efectivo a Pdvsa, la petrolera acumula experiencia en operaciones de intercambio, mediante las cuales entrega crudo a cambio de combustibles necesarios para abastecer el mercado interno. Según datos de movimiento de buques y documentos internos obtenidos por Reuters, los envíos hacia China superaron este año 80% del total, frente a 63% registrado en 2024, lo que, de acuerdo con esos documentos, dejaría margen para diversificar destinos en caso de un cambio del escenario político.
En este contexto, el analista energético Thomas O’Donnell declaró a Reuters que Maduro “puede ofrecer fácilmente” mayores envíos de petróleo a Estados Unidos o mecanismos para proteger inversiones de empresas estadounidenses en el país. Sin embargo, advirtió que ese tipo de ofrecimiento podría no ser suficiente en un contexto de mercado estable y precios bajos, en el que, según afirmó, Washington “tiene la ventaja”.
Otro punto que podría entrar en una eventual negociación, según las fuentes citadas por la agencia, es la flexibilización de licencias estadounidenses para compañías que operan en Venezuela. Algunos funcionarios venezolanos han planteado esta posibilidad, que permitiría reactivar exportaciones directas hacia Estados Unidos y Europa si se modifican las condiciones actuales.
La tensión bilateral se ha incrementado con nuevas medidas y declaraciones de ambas partes. La ministra de Petróleo, Delcy Rodríguez, afirmó el lunes que Estados Unidos apunta a Venezuela por sus reservas de crudo y acusó a la administración estadounidense de intentar acceder a ellas “sin pagar”. Ese mismo día, Washington designó como organización terrorista extranjera al Cártel de los Soles, una estructura presuntamente vinculada a altos mandos venezolanos, lo que incrementa la presión sobre Maduro.
Según las fuentes citadas por Reuters, estas decisiones se producen al tiempo que Trump se prepara para lanzar nuevas operaciones en los próximos días, lo que añade un elemento adicional de presión en torno a las eventuales negociaciones en las que el petróleo venezolano podría ser utilizado como instrumento de intercambio.
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