El revés sufrido por la petrolera Chevron en Venezuela, tras la revocación de su licencia por parte del gobierno de Donald Trump, ha llevado a Nicolás Maduro a manifestar su deseo de reanudar las conversaciones con Estados Unidos. Esta decisión, anunciada por la administración estadounidense, exige a Chevron cesar sus operaciones en Venezuela antes del 3 de abril, tras operar durante un siglo en el país sudamericano.
Durante un acto celebrado en Los Próceres en conmemoración del Día de la Mujer, donde se inauguró el Paseo de las Heroínas, Nicolás Maduro expresó su disposición a retomar el contacto con la administración Trump para abordar este y otros temas pendientes. Aunque criticó la medida tomada por el «imperialismo», describiéndola como un tiro en el pie, dejó claro que está dispuesto a dialogar para solventar los inconvenientes. Según declaraciones recogidas por el medio Tal Cual, Maduro afirmó: «Ahora tenemos un problemita ahí… han dañado las comunicaciones que habíamos abierto».
La salida de Chevron no solo afecta a la industria petrolera sino que también tiene un impacto en los vuelos de repatriación programados por la estatal Conviasa, destinados a traer de regreso a migrantes venezolanos. Maduro subrayó la tristeza que siente ante lo que considera una persecución contra estos migrantes, quienes buscaron mejores oportunidades económicas.
A pesar de la situación adversa, Maduro ha reiterado su invitación a inversionistas extranjeros, incluyendo a empresas estadounidenses, para continuar operando en Venezuela. «No tengo problema con que la petrolera estadounidense siga trabajando en Venezuela», aseguró.
La decisión de revocar la licencia a Chevron se enmarca en un contexto más amplio de tensiones entre ambos países. El The Wall Street Journal reportó que esta medida podría complicar la campaña de deportación masiva de migrantes indocumentados prometida por Trump. Además, el diario destaca divisiones internas en la administración estadounidense sobre su enfoque hacia Venezuela. Desde el 20 de febrero no se han realizado más visitas de seguimiento a Caracas ni vuelos de deportación, según fuentes cercanas a las negociaciones bilaterales.
En el mes de febrero, se lograron repatriar a 366 venezolanos desde Estados Unidos en tres vuelos, mientras que el 24 de febrero llegó a Caracas un vuelo con 242 deportados desde México, en virtud de un acuerdo con ese país.
Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos y las posibles rutas de negociación que podrían surgir en los próximos meses.