Nicolás Maduro planteó, durante un acto conmemorativo en Los Próceres, la unificación de las elecciones parlamentarias y regionales previstas para el 27 de abril, con la segunda Consulta Popular Nacional destinada a la selección de proyectos comunales. Este anuncio se realizó en el contexto del aniversario del intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992.
En su declaración, Maduro expresó: «Propongo esto humildemente, si se puede, para adelantar trabajo y, en la misma medida que votamos por la Asamblea Nacional (AN), por gobernaciones y consejos legislativos, hagamos la segunda consulta nacional». La elección de los proyectos comunales estaba originalmente programada para el segundo trimestre del 2025.
Además, Maduro expresó su deseo de que en los comicios venideros se elija el primer gobernador de la Guayana Esequiba.
Durante el mismo evento, Maduro anunció que el próximo 15 de febrero se juramentará la primera propuesta de una reforma constitucional, iniciativa que se espera materializar en el año 2025. Según sus declaraciones, este proyecto busca debatir con el pueblo venezolano a través de asambleas y bases populares, en lo que describió como una «ofensiva multidimensional».
Sin embargo, la propuesta de reforma llega en un contexto complicado, ya que Maduro se ha mantenido en el poder sin haber demostrado una victoria clara en las elecciones presidenciales del 28 de julio. Este esfuerzo por modificar la Constitución ha suscitado comparaciones con el referéndum de 2007, cuando Hugo Chávez intentó y inicialmente falló en modificar la Constitución para permitir la reelección indefinida. Dicha reelección fue finalmente aprobada en una consulta posterior en 2009.
La intención de realizar una reforma constitucional genera preocupación incluso dentro del chavismo disidente. Se teme que esta medida busque consolidar el poder del régimen de Maduro al proporcionar un marco legal a leyes vistas como inconstitucionales, lo que podría amenazar las organizaciones de la sociedad civil y las libertades ciudadanas.