Caracas, Venezuela — María Corina Machado cuenta los días que faltan no para el fin de año, sino para el 10 de enero, una fecha crucial establecida por la constitución venezolana para el cambio de gobierno cada seis años. Este año, el escenario político se define entre Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia como los principales contendientes.
La investidura presidencial podría ser un evento sin controversias si Maduro reconociera al vencedor y entregara el poder de manera transparente. Sin embargo, el mandatario insiste en jurar ese día, a pesar de no haber presentado las actas electorales que validen su victoria. En contraste, González ha presentado las actas y afirma que tomará posesión también el mismo día.
Machado, actualmente en la clandestinidad, dirige la estrategia de la oposición mientras protege su integridad ante las amenazas del gobierno de Maduro. Este régimen ha encarcelado al 90% de su equipo, incluyendo a Luis Tarbay, coordinador político internacional de su partido Vente Venezuela. Además, cinco miembros de su campaña se encuentran asilados en la Embajada de Argentina en Caracas desde hace nueve meses, enfrentando severas privaciones.
Edmundo González, un diplomático de 75 años promovido por Machado en las elecciones del 28 de julio, ganó con un 67% de los votos, un resultado respaldado por el Centro Carter y las Naciones Unidas. A pesar de la persecución política que lo llevó al exilio en España, González ha reafirmado su compromiso de regresar a Caracas para asumir su cargo.
En medio del asedio, María Corina Machado envió un mensaje navideño el 24 de diciembre, manifestando su deseo de estar pronto en las calles junto a los venezolanos y recordando que el país tiene el derecho a elegir. En un video reciente, destacó cómo los venezolanos han cambiado tras años de escasez y hambre: “somos muchísimo mejores, más valientes, más generosos”.
Machado ha declarado en varias ocasiones que existe una realidad antes y después del 10 de enero. En una entrevista con la revista Semana, subrayó que «puede pasar cualquier cosa» en Venezuela y que, si estuvieran en un sistema democrático mínimo, se juramentaría al presidente electo Edmundo González Urrutia. Sin embargo, es consciente del contexto criminal que enfrenta.
A medida que se acerca la fecha decisiva, la incertidumbre persiste en Venezuela, con la mirada del mundo puesta en cómo se desarrollarán los acontecimientos en torno a la transferencia de poder y la posible recuperación democrática del país.
La Patilla