Un reciente informe del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) pone de manifiesto una preocupante realidad para Venezuela: más de la mitad de su fuerza laboral activa se encuentra en el sector informal. Los resultados, basados en datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), revelan que el trabajo independiente y el comercio no registrado superan en número a las empresas y comercios formales.
Rosa Emilia González, profesora del IESA, destaca que el informe analiza la tendencia creciente de la informalidad laboral desde 2014. Esta situación es consecuencia de la crisis en sectores clave como la manufactura y las finanzas, lo que ha obligado a muchos venezolanos a buscar sustento en actividades por cuenta propia. González advierte que, además de su escasa contribución al crecimiento económico, la informalidad aumenta la vulnerabilidad de los trabajadores y limita sus oportunidades de desarrollo profesional.
En otro análisis del IESA, presentado por Alexander Cabrera, ingeniero de sistemas y especialista en negocios, se ofrece un panorama detallado del consumo y preocupaciones de la población venezolana. Según Cabrera, el 69% de la población pertenece a la clase baja, el 29% a la clase media y solo el 7% a la clase alta, lo cual refleja marcadas diferencias en los hábitos de consumo en el país.
Durante una entrevista para Unión Radio, Cabrera señaló que las encuestas diarias de consumo muestran que de cada 100 dólares, 60 se destinan a servicios y 40 a alimentos. Además, manifestó que las principales preocupaciones de la población se centran en la salud (22%), la economía (21%), la educación (19%), el campo laboral (17%), la seguridad (10%) y la recreación (2%).
Estos hallazgos subrayan los desafíos económicos y sociales que enfrenta Venezuela, resaltando la necesidad de políticas efectivas que impulsen la formalización del empleo y mejoren las condiciones de vida de la población.
Espiga Noticias