La propuesta de reforma constitucional en Venezuela ha suscitado un intenso debate. Miguel Soto, reconocido profesional del derecho y educador, ha calificado la iniciativa como una «falta de respeto» y un intento de «imponer constitucionalmente el socialismo». Según Soto, el actual texto constitucional, vigente desde 1999, ya define claramente los principios de democracia, como la soberanía popular, alternabilidad en el poder y el voto universal, directo y secreto.
La propuesta de reforma busca, según sus promotores, «ampliar la democracia» y establecer un «nuevo Estado» con una economía «autosustentable y diversificada». Sin embargo, Soto y otros críticos argumentan que estas modificaciones podrían centralizar el poder en el Ejecutivo, emulando modelos de otros países con regímenes autoritarios y dejando atrás la estructura de gobernaciones y alcaldías.
Uno de los puntos más controvertidos es la posible instauración de un Estado comunal, similar al modelo cubano, donde el Ejecutivo tendría un control significativo sobre las políticas nacionales. Soto recuerda que en 2007, un intento similar por parte de Hugo Chávez fue rechazado por el electorado. «El pueblo venezolano tiene una formación democrática y sabe cuándo las propuestas buscan modificar la Constitución para perpetuar en el poder a quienes lo detentan», señala Soto.
La viabilidad de una economía autosustentable también ha sido cuestionada. Soto destaca el declive de Petróleos de Venezuela (PDVSA), que ha visto reducir su producción drásticamente desde que se prometieron cifras mucho más altas. Esta realidad económica plantea dudas sobre la capacidad del gobierno para lograr los objetivos propuestos sin reformas estructurales profundas y realistas.
En última instancia, Soto subraya la importancia de la participación ciudadana en los procesos democráticos. El rechazo popular en el referéndum de 2007 se cita como un precedente de la capacidad del pueblo para decidir sobre cuestiones fundamentales. Sin embargo, advierte que la memoria corta podría ser un obstáculo para la democracia en el futuro.
La situación económica, caracterizada por la pérdida del bolívar como moneda de curso legal y la dolarización parcial de la economía, también refleja una demanda de cambio profundo. A medida que Nicolás Maduro busca ajustar el marco constitucional, la pregunta central sigue siendo si esta propuesta de reforma logrará el respaldo necesario, o si encontrará resistencia similar a la de 2007.
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