El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) ha reportado que la inflación acumulada en Venezuela, entre enero y abril de 2023, alcanzó un 63,1%. Específicamente, para el mes de abril, la inflación mensual se situó en 18,4%, mientras que la cifra anualizada llegó a 172%. Estos datos, publicados el 5 de mayo, reflejan una situación económica compleja para el país sudamericano.
El economista José Guerra expresó en sus redes sociales que la inflación en Venezuela se encuentra «fuera de control» y advirtió sobre un posible aumento de precios superior al 200% para el año 2025. Guerra señaló que la situación económica requiere soluciones que trascienden el ámbito económico, sugiriendo un enfoque también político.
El OVF indicó que el incremento en los precios está principalmente impulsado por un aumento del 23% en el sector de alimentos, un 20% en esparcimiento y un 17% en restaurantes y hoteles. Además, se han observado variaciones regionales en los indicadores de inflación.
En el área metropolitana, la inflación mensual fue del 16%, la interanual del 157,4% y la acumulada del 56,7%. En el estado Anzoátegui, estos valores fueron del 16% mensual, 185% interanual y 61% acumulada. En Nueva Esparta, la inflación mensual se situó en el 18,62%, interanual en 176% y acumulada en 66,3%. Por su parte, el estado Zulia registró un 17,49% mensual, 170% interanual y 63,4% acumulada.
El tipo de cambio también fue un factor influyente en este contexto, con una depreciación del 25% del bolívar respecto al mes anterior. Según el OVF, la tasa de inflación está directamente relacionada con la devaluación del bolívar. En abril, la canasta alimentaria alcanzó un valor de 409 dólares, marcando un incremento significativo. El OVF destacó que el aumento del 23,1% en el sector de alimentos impacta especialmente a las clases más pobres, que destinan más del 40% de sus ingresos a la compra de alimentos.
En cuanto al salario mínimo, Nicolás Maduro anunció un aumento en el bono de Guerra Económica, manteniendo el salario mínimo en 130 bolívares, equivalente a 1,4 dólares. Esta medida ha generado descontento entre los trabajadores, quienes demandan un salario mínimo de al menos 200 dólares, debido al deterioro del poder adquisitivo y los beneficios contractuales en el país.


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