El panorama económico de Venezuela, que había mostrado señales de mediana recuperación hasta mediados del año pasado, enfrenta ahora un nuevo desafío tras la inminente suspensión de la licencia de operaciones de la empresa estadounidense Chevron. Esta medida, prevista para después del 2 de abril, crea un escenario incierto, según el análisis del doctor Orlando Zamora, exjefe de la División de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela y analista financiero independiente.
La salida de Chevron no solo afectará directamente las actividades petroleras, sino que también podría influir en decisiones futuras del gobierno nacional y de los inversionistas privados. Zamora destaca que el cese de operaciones de Chevron, una de las principales generadoras de divisas en el país, supondrá un impacto significativo en los ingresos nacionales. Chevron contribuía con aproximadamente 400 millones de dólares, lo que ayudó a estabilizar el tipo de cambio en momentos críticos.
El dólar estadounidense se ha consolidado como la principal moneda de transacción en Venezuela. Zamora explica que el valor de esta divisa está influenciado por diversas condiciones de incertidumbre, particularmente en torno a la generación de reservas y la seguridad en los flujos cambiarios. «Ninguna de esas condiciones se viene dando en el curso de los últimos meses», afirmó, señalando que la economía venezolana requiere una transformación que aún no ha ocurrido.
El primer trimestre del año 2025 se presenta como un momento crucial para la economía venezolana. Según Zamora, este período demandará definiciones claras para fomentar la confianza y atraer inversiones. La salida de Chevron podría acelerar la necesidad de estos cambios, aunque el impacto psicológico de su partida podría ser tan significativo como el efecto económico real.
Chevron no solo aseguraba la exploración, explotación y distribución de petróleo, sino que también actuaba como un puente de confianza para la economía venezolana. «Su salida rompe ese esquema y, de golpe y porrazo, entramos en una situación de incertidumbre», comentó Zamora. La pregunta que surge es si esta retirada provocará una nueva crisis o simplemente acentuará problemas preexistentes en el país.
Zamora concluye sus observaciones indicando que la salida de Chevron simboliza el cierre de un capítulo en la economía venezolana. La crisis cambiaria, la falta de inversión interna y la ausencia de respuesta del aparato productivo son problemas que ya venían desarrollándose antes de la salida de Chevron. La falta de diversificación en la producción y la baja generación de ingresos han sido factores críticos que contribuyen a este escenario económico complejo.
Este giro en el sector energético venezolano podría tener repercusiones profundas, y los próximos días serán determinantes para observar cómo se adaptará la economía ante estos cambios.
IMP