En un discurso que ha capturado la atención internacional, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado la existencia de cinco presuntos intentos de magnicidio que, según afirma, fueron planeados por la oposición venezolana. Estos planes, indicó Maduro, se habrían gestado durante las sesiones de las llamadas mesas de diálogo y entendimiento político.
Durante su intervención en la Conferencia Internacional en Solidaridad con Palestina, celebrada recientemente, Maduro declaró que estos intentos de asesinato ocurrieron en momentos en que la oposición se retiró de las negociaciones. “Cinco intentos para matarme en momentos que ellos se levantaron de las mesas de negociaciones”, expresó con firmeza el mandatario venezolano.
Maduro describió las supuestas tácticas de la oposición como engañosas, afirmando que mientras aparentaban dialogar y generaban «falsas expectativas», paralelamente planificaban su asesinato. Subrayó que, pese a estos intentos, sus objetivos no fueron alcanzados gracias al respaldo divino, el apoyo del pueblo venezolano y una inteligencia nacional eficaz, con cooperación internacional.
La denuncia de Maduro se produce en un contexto de tensiones políticas internas en Venezuela, donde el diálogo entre el gobierno y la oposición ha sido un intento de reducir la polarización. Sin embargo, estas declaraciones podrían complicar aún más el ya frágil proceso de reconciliación política en el país.
La comunidad internacional, atenta a la situación en Venezuela, podría ver en estas acusaciones un reflejo de las profundas divisiones que afectan al país. Queda por ver cómo influirán estas declaraciones en el curso de las relaciones internas y externas de Venezuela, y si habrá algún impacto en las futuras negociaciones entre las partes involucradas.
