En un esfuerzo por restaurar la confianza y transparencia, la Cruz Roja Venezolana está atravesando una significativa refundación tras la crisis que culminó en 2023 con la salida de Mario Villarroel, quien lideró la organización durante 45 años. El nuevo presidente, Luis Farías, se compromete a redefinir la integridad de la organización, indicando que su objetivo principal es que la sociedad, los voluntarios y el Estado los perciban como un socio confiable.
Farias, elegido tras un período interino de 10 meses bajo la dirección de Ricardo Cusanno, asume el mando en un momento crucial para una organización que se enfrentó a serias acusaciones contra Villarroel por presuntos abusos. Con formación de abogado, Farias subraya que estos incidentes están siendo investigados, confiando en que la justicia prevalecerá.
Un Cambio Generacional en el Liderazgo
A la edad de 30 años, Farias es el presidente más joven entre las más de 190 sociedades nacionales que conforman la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR). Enfrenta el desafiante reto de normalizar las operaciones de la organización venezolana, aspirando a tener un papel significativo en los foros internacionales, donde la cooperación con otras organizaciones refuerza su trabajo en el país.
La reciente asamblea de junio, en la que participaron más de 700 voluntarios con derecho a voto, marcó un hito al señalar el inicio de una nueva etapa para la Cruz Roja Venezolana. Sin embargo, los desafíos no han tardado en aparecer: apenas semanas después de su nombramiento, Farias lideró la asistencia a las víctimas del huracán Beryl en el estado de Sucre.
Estrategias para el Futuro
En este nuevo capítulo, Farias resalta un acercamiento a «nuevos actores», incluyendo al sector privado, para financiar actividades críticas. Asimismo, mantiene los vínculos con socios tradicionales como la Cruz Roja Alemana, y se está enfocando en ampliar el alcance a regiones remotas del país, como el Amazonas y las comunidades indígenas del Delta y la Guajira fronteriza con Colombia.
La visión de Farias para la Cruz Roja Venezolana incluye un compromiso con el crecimiento en el estado de Amazonas, potenciando la infraestructura y las capacidades de los voluntarios para una mayor labor humanitaria. Este proceso de refundación también busca mejorar la protección del voluntariado, establecer mejores líneas de integridad, y modernizar la estructura organizativa y planificación financiera.
Con una proyección de consolidación financiera en un plazo de dos años, Farias destaca la necesidad de acompasar reformas en los protocolos, acciones y políticas de la organización. Desde el interior de la Cruz Roja Venezolana, existe una fuerte fuerza de cambio que impulsa una modernización que permita a la institución estar a la par con otras sociedades en la región.
En resumen, la refundación de la Cruz Roja Venezolana promete una era marcada por la transparencia, el compromiso y la integración, asegurando que cada acción tomada contribuye a su misión de servir a la comunidad de manera efectiva y ética.