La intensificación de bombardeos por parte de Estados Unidos contra presuntos barcos de narcotráfico frente a la costa venezolana ha provocado un aumento de la vigilancia en el estado Sucre, en el noreste del país, según relataron cuatro residentes y un visitante reciente a Reuters.
De acuerdo con el informe de Reuters, autoridades y simpatizantes del partido oficial han incrementado patrullas y controles, generando temor entre la población local. Sucre, cuyo istmo oriental se extiende hasta unos 11 km de Trinidad y Tobago, es el segundo estado más pobre de Venezuela, donde alrededor del 60% de los habitantes dependen del empleo público.
El gobierno estadounidense asegura que los ataques han debilitado operaciones de cárteles de droga, incluidos grupos que, según Washington, estarían vinculados con el presidente Nicolás Maduro. El mandatario y su administración han negado cualquier relación con actividades criminales y acusan a EE. UU. de intentar un cambio de régimen para controlar los recursos naturales del país, especialmente el petróleo.
Tras los bombardeos, familiares de víctimas denunciaron haber recibido visitas de la policía y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), que les advirtieron no divulgar en redes sociales la muerte de sus allegados. Hasta el momento, los cuerpos no han sido recuperados y no hay información oficial sobre investigaciones, según reportó Reuters.
Testigos señalaron que el incremento de la vigilancia incluye agentes de la DGCIM, SEBIN, fuerzas armadas y policías, en patrullas uniformadas y de civil, muchas veces acompañados por miembros de colectivos alineados con el gobierno. Los residentes aseguran que los controles se han intensificado desde los ejercicios militares conjuntos entre EE. UU. y Trinidad y Tobago a finales de octubre.
La economía local de Guiria, dependiente del contrabando marítimo y el comercio informal con Trinidad y Tobago, se ha visto fuertemente afectada. Comerciantes afirmaron a Reuters que “no circula dinero” y que las actividades de transporte de bienes y personas hacia la isla han disminuido casi por completo.
En Carúpano y el cercano Río Caribe, la presencia de la DGCIM se ha consolidado con un centro de comando en un hotel estatal, mientras que la vida pública muestra una actividad reducida debido al aumento de la seguridad. Los residentes describen un ambiente de secretismo y vigilancia constante, con personas desconocidas vigilando como civiles pero pertenecientes a agencias del gobierno.
Reuters destaca que, aunque el Ministerio de Comunicación venezolano no respondió a solicitudes de comentario, la vigilancia reforzada refleja la estrategia del gobierno de Maduro para controlar zonas históricamente dominadas por actividades criminales, incluidas operaciones de narcotráfico.
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