Ángel, un ingeniero venezolano de 32 años, decidió regresar a su tierra natal en agosto después de haber emigrado en 2016. En aquel entonces, describió a Venezuela como un país «destruido», marcado por la delincuencia y las largas filas en mercados y gasolineras. Sin embargo, al retornar, se encontró con «una Venezuela que ya no es la misma». Esta experiencia fue compartida con la Voz de América.
El joven, que optó por el anonimato por temor a represalias, expresó su sorpresa al ver supermercados abastecidos y sentir una nueva «sensación de paz» en comparación con su vida en el extranjero. Actualmente, Ángel trabaja en una firma petrolera en Caracas, donde busca estar cerca de su familia.
El retorno a Venezuela, según expertos, es una decisión más compleja que la de emigrar. María Alexandra Semprún, politóloga y experta en migración, comentó que mientras «la gente migra por soñar con algo mejor», el regreso puede ser percibido como un reconocimiento de que esos sueños no se cumplieron. Este fenómeno se ha acentuado en un contexto donde aproximadamente 7,8 millones de venezolanos han dejado el país por razones políticas y económicas durante los mandatos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Desafíos de Readaptación
Ángel confesó que, al regresar, se sintió como un migrante en su propio país. Esta sensación de desubicación es común entre los repatriados, quienes enfrentan el reto de reintegrarse a un entorno que ha cambiado. La psicóloga Yorelis Acosta explicó que la readaptación implica reconstruir conexiones sociales y profesionales que se perdieron. Además, muchos llevan consigo un «historial de dolor» relacionado con su decisión de emigrar.
El regreso de Ángel y otros ciudadanos que optan por retornar a Venezuela refleja un proceso complejo de adaptación. Estos individuos se enfrentan a un país diferente, con nuevos retos y oportunidades, mientras buscan reconstruir sus vidas y comunidades.
La historia completa está disponible en la Voz de América.
