El Gobierno de Venezuela emitió un comunicado oficial rechazando las recientes «amenazas y difamaciones» provenientes de Estados Unidos, en lo que considera una campaña que intenta vincular a la nación sudamericana con el narcotráfico. Según el comunicado, esto revela «la desesperación» de Washington y señala «su falta de credibilidad y el fracaso de sus políticas en la región».
Desde la expulsión de la DEA (Administración de Control de Drogas de EE.UU.) del territorio venezolano en 2005, el país asegura haber logrado «resultados contundentes en la lucha contra el crimen organizado», incluyendo «capturas exitosas», el desmantelamiento de redes y un «control efectivo» de fronteras y costas. Estos logros, afirma el comunicado, son fruto del esfuerzo y compromiso de las instituciones y del pueblo venezolano.
El Gobierno Bolivariano también destacó que las amenazas estadounidenses «no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región». Asimismo, advirtió que estas acciones ponen en peligro la Zona de Paz declarada por la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en 2014, un espacio que promueve «la soberanía y la cooperación entre los pueblos latinoamericanos».
En contraposición a las acciones estadounidenses, el texto ratifica que «mientras Washington amenaza, Venezuela avanza con firmeza en paz y soberanía», subrayando que «la verdadera eficacia contra el crimen se logra respetando la independencia de los pueblos».
La República Bolivariana de Venezuela interpreta la ofensiva de la Administración Trump como una muestra de su vulnerabilidad, destacando que «cada declaración agresiva confirma la incapacidad del imperialismo para doblegar a un pueblo libre y soberano».
Finalmente, el Ejecutivo venezolano garantiza la victoria del pueblo de Bolívar y Chávez ante cualquier intento de intervención, reafirmando a la República Bolivariana como «un faro de dignidad, resistencia y seguridad para América Latina y el mundo».