Las relaciones entre Venezuela y Trinidad y Tobago se encuentran en un punto crítico tras las recientes denuncias del presidente venezolano, Nicolás Maduro, sobre el presunto ingreso de «terroristas» provenientes de la isla. La Primera Ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, respondió de manera contundente al ordenar a la Guardia Costera atacar cualquier embarcación no autorizada de Venezuela que ingrese a sus aguas.
En una declaración oficial, Persad-Bissessar expresó su intención de conversar con el ministro de Defensa y el fiscal general para que su Guardia Costera pueda «utilizar fuerza letal contra cualquier embarcación no identificada que entre desde Venezuela». Esta declaración se produjo después de que Maduro informara sobre la supuesta captura de un grupo «de terroristas con armas, ingresando desde Trinidad y Tobago».
La administración venezolana se mostró sorprendida ante la respuesta de la Primera Ministra, calificándola de «iracunda e injustificada». En un comunicado oficial, el canciller venezolano, Yvan Gil, expresó la «profunda extrañeza» del gobierno de Venezuela, subrayando que se trató de una «denuncia legítima» hecha por el presidente Maduro.
El gobierno de Venezuela considera que lo «procedente» sería colaborar en una investigación para descartar cualquier complicidad con elementos criminales. Además, instó a las autoridades de Trinidad y Tobago a evitar involucrarse en «juegos geopolíticos» que puedan exacerbar las tensiones entre ambas naciones.
Esta situación ha generado inquietud en la región, y se espera que ambos gobiernos busquen una solución diplomática a fin de evitar un agravamiento del conflicto. Las declaraciones y medidas adoptadas por ambas partes serán observadas de cerca por la comunidad internacional, dadas las implicaciones que podría tener esta disputa en la seguridad regional.
Espiga Noticias