En un hecho que resalta las deficiencias del sistema de salud del estado Portuguesa, el alcalde de Guanarito, Balmore Betancourt, ha denunciado públicamente la falta de recursos críticos en el hospital local. Este pronunciamiento se originó a raíz del caso de Yoselín Montilla, una niña del barrio 23 de Enero, quien fue ingresada en el hospital Arnoldo Gabaldón debido a severos problemas respiratorios.
Según informó el alcalde Betancourt, al momento de la hospitalización de Yoselín, el centro asistencial carecía de un cilindro de oxígeno, recurso indispensable para la atención de emergencias respiratorias. «Ayer atendimos el caso de la niña Yoselín Montilla, quien, por problemas respiratorios, tuvo que ser internada con el agravante de que en nuestro primer centro asistencial, como siempre ocurre, no había un cilindro con oxígeno», declaró el alcalde.
Afortunadamente, gracias a la rápida movilización del equipo municipal, se logró conseguir un cilindro de oxígeno a tiempo, lo que permitió que Yoselín recibiera la respiración asistida necesaria para su recuperación. «Con la celeridad del caso, nos movilizamos y felizmente conseguimos uno, para que Yoselín pudiera recibir la atención y el tratamiento necesarios», explicó Betancourt.
El alcalde utilizó esta situación para subrayar una crítica más amplia hacia el sistema de salud regional. «Hacemos esta publicación, no con el deseo de que se nos aplauda, sino para cuestionar el hecho de que en el hospital de Guanarito, quien requiera oxígeno u otro recurso, estará expuesto a lo peor», enfatizó Betancourt. Esta denuncia pone en duda la percepción de que el sistema de salud del estado Portuguesa es uno de los mejores del país, como se ha afirmado previamente.
En sus declaraciones, el alcalde también advirtió sobre los peligros a los que se exponen los pacientes que deben recurrir a los servicios del hospital local, afirmando que «si alguien tiene la desdicha de ser ingresado en nuestro hospital, lo vivirá en carne propia». Remarcó además la vocación de servicio de la administración municipal al afirmar que «nosotros estamos para servir y no para ser servidos».
