Portuguesa.- Cientos de feligreses y diferentes movimientos apostolados estuvieron presentes en la Solemne Misa Crismal que se realizó este sábado 12 de abril en la Basílica Catedral «Nuestra Señora de Coromoto», la cual fue presidida por Monseñor Owaldo Enrique Araque Valero, obispo de la Diócesis de Guanare.
La actividad comenzó con una corta procesión que partió desde la capilla del Colegio Sagrado Corazón de Jesús hasta la iglesia catedral.
Allí, Monseñor Araque Valero expresó que la iglesia católica está de fiesta con el gran Jubileo de los Sacerdotes de la Diócesis de Guanare.
También apuntó que es muy importante resaltar todo el trabajo del sacerdocio, su entrega, sus sacrificios, sus lágrimas, sus dolores y todo aquello que vive desde el momento de su consagración.
– En medio de todas sus fortalezas y debilidades, el sacerdote es el hombre que, al estilo de Jesús, entrega su vida por el bien y salvación de la humanidad
Igualmente hace presente a nuestro Señor Jesucristo en cada eucaristía para que el pueblo lo pueda recibir y tener esa gran fortaleza. Es aquel hombre que lleva la palabra de Dios y la hace cercana y entendible a todas las personas – dijo.
Durante la Misa Crismal, Monseñor Araque Valero bendijo los aceites que sirven para consagrar las manos del sacerdote.
– Así mismo, para ungir a los enfermos o del que va a ser bautizado y así poder liberarlos del pecado y sea de ahí en adelante un hijo de Dios – agregó.
Araque Valero recordó que precisamente un día 12 de abril del año 2023, el Papa Francisco lo eligió como Obispo de la Diócesis de Guanare.
– Pido a todo el pueblo sus oraciones para esta misión que Dios me encomendó la siga cumpliendo bajo su gracia y bendición – señaló.
Durante la homilía, todos los sacerdotes de la Diócesis de Guanare renovaron sus promesas, su entrega a Jesús y a su iglesia.
Monseñor Araque Valero aprovechó la ocasión para invitar a todo el pueblo católico a participar de las actividades programadas por la Diócesis de Guanare durante esta Semana Santa.
– Asistamos con mucha alegría y fe a las actividades de la iglesia. Son días muy hermosos para renovarnos, fortalecernos, para crecer en la vida espiritual y encontrarnos con los misterios y el amor de Cristo – puntualizó.





Miguel Enrique Villavicencio
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