Portuguesa.- En la localidad de Guanarito, un incidente ocurrido el pasado viernes en la cancha múltiple del barrio José Antonio Páez III ha suscitado preocupación y debate entre los habitantes. El alcalde de la municipalidad, Valmore Betancourt, lamentó profundamente el suceso, calificándolo no como un acto de valentía, sino de insensatez y mezquindad. Según Betancourt, el incidente fue provocado por un grupo reducido que, presuntamente, recibió instrucciones para frenar los esfuerzos de desarrollo en el área.
La alcaldía había planeado la rehabilitación de la cancha, comenzando con la reparación de la cerca perimetral. Sin embargo, la intervención fue abruptamente interrumpida cuando autoridades policiales acudieron al lugar, alertadas por una ciudadana llamada Virlla Peraza, conocida como «la Gavilana». Esta ciudadana, junto a su esposo y dos mujeres de la comunidad, afirmó que estaban ejecutando un proyecto ambicioso de recuperación en coordinación con el Gobierno Estadal. Esta afirmación fue vista como un obstáculo inesperado a las acciones de mejora lideradas por el municipio.
El alcalde Betancourt expresó que, pese al revés, continuarán gestionando mejoras dentro del limitado presupuesto disponible. Resaltó que la mayoría de los guanariteños han mostrado un contundente rechazo hacia las acciones de Peraza y su grupo, calificándolas de mezquinas. La frustración del alcalde se centra en que, según su perspectiva, la intervención de la Gavilana era una táctica para impedir el avance de mejoras comunitarias.
El evento ha dejado a los residentes de Guanarito expectantes sobre si el mencionado proyecto del Gobierno Estadal se llevará a cabo. Mientras tanto, Betancourt reafirma el compromiso de su oficina para trabajar dentro de sus capacidades, enfrentando los desafíos que se presenten. A pesar del incidente, el alcalde mantiene su enfoque en liderar iniciativas que beneficien a la comunidad y asegura que no se trata de una campaña política sino de un esfuerzo constante para el bienestar del municipio.
El suceso refleja las complejidades y tensiones que pueden surgir en el proceso de implementación de mejoras comunitarias, dejando una estela de interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de ciertas acciones y las posibles consecuencias futuras para la comunidad de Guanarito.
