Portuguesa.- Hoy se marca el sexto mes desde la detención de María Oropeza, una destacada activista y defensora de la democracia en Venezuela, de 30 años de edad. Oropeza, abogada y coordinadora del partido opositor Vente Venezuela en el estado Portuguesa, fue arrestada por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) el 6 de agosto de 2024, pocos días después de las elecciones presidenciales. Desde entonces, permanece recluida en El Helicoide, una instalación que ha sido señalada como un centro de torturas.
La Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia y la organización no gubernamental Juventud LAC han alzado su voz en diversas ocasiones para exigir la liberación de María Oropeza. En un comunicado, la red expresó: «Su único ‘delito’ fue alzar la voz contra el fraude electoral y luchar por un país libre». Estas organizaciones recalcan la importancia de seguir visibilizando este caso y otros similares que afectan a defensores de derechos humanos y activistas en el país.
La detención de Oropeza forma parte de un patrón más amplio de represión contra opositores al «régimen» que actualmente ejerce un mandato inconstitucional en Venezuela. Según informes de diversas organizaciones internacionales de derechos humanos, los arrestos arbitrarios y las intimidaciones a voces disidentes han aumentado en los últimos años, generando creciente preocupación a nivel global.
María Oropeza, quien también fungió como jefa del Comando ConVenezuela durante las elecciones presidenciales de 2024, es solo una de las muchas voces que han sido silenciadas por expresar su desacuerdo con el proceso electoral y por abogar por un cambio democrático en Venezuela.
Desde Juventud LAC, se hace un llamado contundente: «No podemos quedarnos en silencio ante esta injusticia. ¡Exigimos su liberación y la de todos los presos políticos en Venezuela!» Este llamado resalta no solo la situación de Oropeza, sino la de muchos otros activistas y defensores de la democracia que enfrentan situaciones similares.
El caso de María Oropeza se convierte en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y la democracia en Venezuela, y su situación sigue siendo objeto de atención y solidaridad internacional. La comunidad internacional continúa presionando para que se tomen acciones concretas que permitan su liberación y la de otros detenidos por razones políticas.
