El FBI ha emitido una advertencia destacando los riesgos del cifrado de extremo a extremo en los dispositivos Apple, advirtiendo que esta tecnología podría convertirse en un obstáculo para la seguridad pública. Según la agencia, la imposibilidad de acceder a datos cifrados, incluso bajo orden judicial, crea espacios digitales donde los delincuentes pueden operar sin ser detectados, poniendo en peligro a las familias y complicando la labor de las fuerzas del orden.
La preocupación del FBI se ha intensificado tras la reciente Notificación de Capacidad Técnica emitida por el Reino Unido, que exige a Apple permitir el acceso a las copias de seguridad cifradas en iCloud. Esta medida no se limita a los usuarios británicos, sino que podría aplicarse a cualquier usuario, independientemente de su ubicación. Londres busca que las empresas tecnológicas garanticen el acceso legal a los datos almacenados, sentando un precedente para otros países.
En el centro de este debate se encuentra la función Protección Avanzada de Datos de Apple, que ofrece cifrado de extremo a extremo para la mayoría de los datos almacenados en iCloud. Según Apple, este sistema proporciona el mayor nivel de seguridad en la nube, ya que ni siquiera la empresa puede acceder a la información cifrada. Sin embargo, el FBI considera que esta característica impide el cumplimiento de órdenes judiciales y la obtención de pruebas digitales en investigaciones criminales.
El FBI defiende un cifrado gestionado de manera responsable, argumentando que las empresas tecnológicas deberían diseñar sistemas que permitan descifrar los datos y proporcionarlos a las autoridades cuando exista una orden legal. Según la agencia, Apple y otras compañías están en la mejor posición para desarrollar soluciones que equilibren la seguridad y la privacidad de los usuarios con la necesidad de acceso legal a la información.
El debate sobre el cifrado no se limita a Estados Unidos y el Reino Unido. Países como Australia, Francia, la Unión Europea, India y Brasil también buscan establecer marcos regulatorios que obliguen a las empresas tecnológicas a facilitar el acceso legal a los datos cifrados. El FBI advierte que, si alguno de estos gobiernos logra imponer tales requisitos, podría desencadenarse un efecto dominó que afecte la privacidad de los usuarios a nivel global.
En este contexto internacional, figuras como Tulsi Gabbard, exdirectora de inteligencia nacional bajo la administración de Donald Trump, han manifestado su compromiso con la protección de la privacidad de los datos estadounidenses. No obstante, la Notificación de Capacidad Técnica del Reino Unido podría tener repercusiones globales.
El conflicto entre el Reino Unido y Apple ha reavivado el debate sobre el cifrado que lleva casi una década sin resolverse, y ha generado tensiones entre la administración de Donald Trump y el gobierno de Keir Starmer. Un documento judicial divulgado por el Investigatory Powers Tribunal (IPT) reveló que la solicitud del Reino Unido para obtener acceso a los datos privados de los usuarios de Apple resultó ser mucho más amplia de lo que se había hecho público. Este conflicto podría tener un impacto significativo en las políticas de cifrado a nivel internacional.
A pesar de las tensiones, el gobierno británico ha defendido su legislación como esencial para combatir el terrorismo y el abuso infantil. La semana pasada, Tulsi Gabbard declaró que el Reino Unido “ha acordado abandonar su mandato para que Apple proporcione una ‘puerta trasera’ que habría permitido el acceso a los datos cifrados protegidos de ciudadanos estadounidenses”.
El debate sobre el cifrado de datos se presenta como una disyuntiva crucial: proteger completamente los dispositivos y las copias de seguridad en la nube frente a cualquier acceso externo, o permitir que las fuerzas del orden accedan bajo ciertas circunstancias. Por ahora, la administración estadounidense no ha impulsado cambios para debilitar el cifrado, pero la postura del FBI se mantiene firme.
Infobae