La playa de Bondi, en Sídney, amaneció este lunes casi vacía y en silencio, con flores, velas y mensajes de duelo en recuerdo de las víctimas del atentado contra un acto festivo de la comunidad judía que dejó al menos 16 muertos, incluido un presunto atacante, en el que es el tiroteo más grave del país en las últimas tres décadas.
El ataque, definido como terrorista por las autoridades, se produjo el domingo por la tarde durante una celebración de Janucá en el parque Archer, junto a la popular playa del este de Sídney, habitualmente abarrotada de surfistas y viandantes. La policía de Nueva Gales del Sur informó de que dos hombres armados con rifles, padre e hijo, abrieron fuego contra la multitud sobre las 6:40 de la tarde, hora local del domingo.
Según los datos oficiales, el atentado ha dejado por el momento 16 muertos —14 en el lugar y 2 más en el hospital—, entre ellos una niña de 10 años de edad y uno de los presuntos atacantes, y al menos 40 heridos. Las víctimas tenían entre 10 y 87 años de edad. Uno de los atacantes, de 50 años de edad, murió tras ser abatido, mientras que el segundo, de 24 años, permanece hospitalizado bajo custodia en estado crítico.
Este lunes, la zona seguía acordonada por un fuerte despliegue policial, mientras residentes y visitantes acudían a la playa para rendir homenaje a las víctimas. Luke Nelson, de 26 años, originario de Liverpool (Reino Unido) y residente en Bondi desde hace dos años, relató a EFE: «Vivo en Bondi desde hace dos años. Ayer estaba caminando por la playa una hora antes de todo lo que pasó». Añadió que «lo que ocurrió aquí es una locura, no representa en absoluto lo que es Bondi: un lugar donde todo el mundo se encuentra, muy amigable». Nelson afirmó que nunca se ha sentido preocupado por su seguridad en Australia, un país con bajos índices de criminalidad y donde la violencia armada es poco frecuente. «Bondi es un lugar donde todo el mundo se siente muy seguro y esto es algo totalmente inusual», subrayó, mientras observaba el operativo policial.
Entre quienes se acercaron a Bondi se encontraba Jessica Santos, de 33 años, nacida en Israel y criada en Australia. Explicó que necesitó ausentarse del trabajo para acudir a la playa. «Crecí aquí, entre Bondi y Coogee. No sé cómo poner esto en palabras, pero me siento devastada, entumecida y asqueada», dijo a EFE, visiblemente emocionada.
Otras personas destacaron el significado simbólico del lugar. Katya Dechen, de 36 años y de origen ruso-ucraniano, que vivió en Bondi en 2022, señaló: «Es una playa muy especial para todo el mundo. Aquí se reúnen personas de todos los países y no quiero que lo ocurrido haga que Bondi quede asociada a esta tragedia».
También acudieron personas motivadas por la fe y la solidaridad. Faith Bon, aborigen y miembro de una comunidad cristiana, explicó que decidió acercarse a la playa tras conocer la noticia. «Sentí en mi corazón que debía venir a rezar por las víctimas y sus familias», afirmó.
Las autoridades mantienen un amplio despliegue policial en la zona y la investigación ha sido asumida por el Equipo Conjunto de Lucha contra el Terrorismo. El comisionado de la Policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, declaró el incidente como terrorismo y señaló que se activaron poderes especiales para evitar nuevas amenazas.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que el atentado «ha golpeado el corazón de nuestra nación» y lo calificó como «un acto de terrorismo y antisemitismo».
Australia registra desde hace décadas niveles muy bajos de violencia armada, especialmente tras la masacre de Port Arthur, en Tasmania, en 1996, un tiroteo que dejó 35 muertos y derivó en un endurecimiento histórico de la legislación sobre armas. Aunque en los últimos años se han documentado incidentes antisemitas, este es el primer ataque mortal contra la comunidad judía en Australia.
Según un informe publicado a principios de este mes por el Consejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano, desde el ataque de Hamás en Israel y la guerra en Gaza se han registrado más incidentes contra la comunidad judía —que representa el 0,4 % de la población australiana— que en la década anterior en su conjunto, con un total de 1.654 casos en los últimos doce meses.
En medio de crecientes tensiones, las autoridades australianas crearon a mediados de 2024 dos comisiones especiales, una para combatir el antisemitismo y otra para luchar contra la islamofobia. El Consejo Nacional de Imanes de Australia y la comunidad musulmana australiana condenaron este lunes «de forma inequívoca» el ataque, que calificaron de «horrible y totalmente incompatible con los valores de la sociedad australiana» en un comunicado.
Bondi es uno de los barrios de Australia con una de las mayores concentraciones de población judía del país, con una fuerte presencia de sinagogas, escuelas, comercios y organizaciones comunitarias. Este lunes, la habitual imagen de frenesí en la playa fue sustituida por el silencio, los altares improvisados y las muestras de duelo frente al parque Archer, escenario del ataque.
AFP
