Este viernes, 19 de septiembre, el vuelo Nº 70 de la Gran Misión Vuelta a la Patria aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, trayendo consigo a 185 migrantes venezolanos repatriados desde Texas, Estados Unidos. El grupo estaba compuesto por 151 hombres, 30 mujeres, y 2 niños y 2 niñas, quienes se suman a los más de 13,000 connacionales que han retornado al país desde el inicio de 2024, como parte de la reactivación de este programa.
El Ministerio de Justicia de Venezuela destacó que la recepción de los migrantes estuvo a cargo de los cuerpos de seguridad del Estado, incluyendo el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (CPNB). Los repatriados pasaron por un túnel migratorio en el que fueron entrevistados para revisar su situación legal, y recibieron atención médica por parte de instituciones gubernamentales. Posteriormente, fueron trasladados a sus hogares por los órganos de seguridad para asegurar su bienestar.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha enfatizado que este esfuerzo forma parte de su compromiso con el retorno seguro de los venezolanos, que han enfrentado condiciones difíciles en su exilio, especialmente en Estados Unidos, donde muchos de ellos han sido detenidos y perseguidos. La administración de Maduro asegura que, pese a la ruptura de relaciones diplomáticas con Washington desde 2019, se alcanzó un acuerdo para reactivar los vuelos de deportación, lo que ha permitido el regreso de miles de migrantes a Venezuela.
El retorno de migrantes se produce en un contexto de creciente tensión entre Caracas y Washington, especialmente tras el reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe. Estados Unidos justificó la presencia de sus fuerzas navales como parte de una operación antidrogas, mientras que el gobierno venezolano ha calificado este movimiento como un intento de promover un «cambio de régimen» en el país. Esta situación subraya el clima de confrontación diplomática y política que persiste entre ambos países, a pesar de los avances en la repatriación de venezolanos.
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